Lesiones del cartílago

Todas las superficies de deslizamiento articular, como sucede por ejemplo en una rodilla, están cubiertas por cartílagos protectores del hueso en las zonas de contacto. Dicho cartílago se nutre de líquido sinovial -de color amarillo viscoso y que lubrifica la articulación- y es avascular -no tiene vasos ni nervios- por lo tanto no tiene capacidad de dolor.

La fricción anómala por mala coaptación de superficies o por sobrecarga provocará alteraciones patológicas en estos cartílagos. El hueso al perder su protección también sufrirá un proceso degenerativo, ocasionando con el tiempo artrosis, que es una degeneración del cartílago articular.

La lesión del cartílago es el ‘principio del fin de una rodilla’. Todas las patologías inciden sobre éste al no tener capacidad de cicatrizar. El cartílago no se cura -no está vascularizado- de ahí su problemática.

¿Qué alternativas le queda a un jugador con un proceso de degeneración del cartílago que ya ha comenzado? Solamente en grado uno -existen 4 tipos de lesiones o grados- es reversible, en el resto no. Así pues la retirada forzosa es una opción.

Una tendencia que se sigue con bastante frecuencia en la NBA es someter a la rodilla lesionada a una intervención quirúrgica conocida como ‘microfracture surgery’ , que consiste básicamente en realizar con un punzón pequeñas incisiones en la superficie ósea de la zona afectada, produciéndose un sangrado que estimulará la formación de un fibrocartílago con propiedades parecidas al cartílago sano.

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