La gente tiende a huir de las verduras, no comiéndolas o bien cociéndolas hasta que quedan rancias. Esto está conduciendo a una epidemia crónica de baja vitamina E en el mundo occidental. La vitamina E es esencial para nuestra salud. Es clave para la salud de la piel, la memoria y la comunicación celular.
Nuestros antepasados ingerían hasta 35mg de vitamina E al día, mientras que la dieta del occidental promedio sólo contiene 7 mg de los cuales una gran cantidad de ellos provienen de fuentes refinadas lo cual dificulta su absorción.